“Porque no
luchamos contra gente como nosotros, sino contra espíritus malvados que actúan
en el cielo. Ellos imponen su autoridad y su poder en el mundo actual.” (Efesios
6:12)
La tradición de la
Víspera del Día de Todos los Santos, debe volver a nuestros días. Halloween
tiene su origen en una festividad céltica conocida como Samhain, que deriva del
irlandés antiguo y significa fin del verano. Los antiguos britanos tenían una festividad
similar conocida como Calan Gaeaf. En el Samhain se celebraba el final de la
temporada de cosechas en la cultura celta y era considerada como el «Año
nuevo celta», que comenzaba con la estación oscura.
Los antiguos
celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba
con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como
malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y
homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el
uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus
malignos. Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para
evitar ser dañado.
Otra práctica
común era la adivinación, que a menudo implicaba el consumo de alimentos y
bebidas, e incluso en Asturias se celebraban banquetes en las tumbas de
antepasados.
Por otro lado,
según marca ACI Prensa, del grupo EWTN, en una columna escrita por el Padre
Jordi Rivero:
“Los cristianos
debemos no solo desenmascarar el mal sino ser además luz en las tinieblas.
Debemos abogar por el retorno a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos
los Santos que comienza en la noche del 31 de octubre. En la liturgia de esa
noche, San Pablo nos enseña que los santos están con nosotros:
Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la
ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión
solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez
universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación.
-Hebreos 12,22-24
Debemos celebrar
gozosamente esta realidad. Se pueden hacer muchas celebraciones en torno a los
santos. Los niños se pueden disfrazar de un santo favorito y aprenderse su
vida, especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas. Los mayores pueden leer sobre los santos,
tener una fiesta en honor a un santo favorito de la comunidad o de la familia.”
La Revista Educar,
en el 2008, nos dice lo siguiente: “Rechacemos
(el halloween) con Inteligencia y Sentido Cristiano”.
Rechazamos
rotundamente las actividades que llevan a celebrar el mal como la “Noche de Brujas”.
EL PARAGUAY NO
ESTÁ PARA CELEBRAR EL MAL. EL PARAGUAY ESTÁ PARA CELEBRAR EL BIEN.
Celebremos
Holywins, la víspera del Día de Todos los Santos.
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