Tradicionalmente, el calendario
romano comenzaba el primer día del mes de marzo. Sin embargo,
era en el mes de enero
(el undécimo mes) cuando los cónsules
de la Antigua
Roma asumían el gobierno. Julio
César, en el año 47 a. C., modificó el sistema, y creó el calendario juliano que, con algunas modificaciones
realizadas en tiempos del cónsul Marco
Antonio en 44 a. C., el emperador Augusto
César en 8 a. C.
y finalmente por el papa Gregorio XIII en 1582, se utiliza hasta
hoy.[1] En éste el
año comienza el día 1 de enero. Posteriormente, el calendario gregoriano mantuvo la costumbre, y
la celebración se caracterizó con un significado religioso durante la Edad Media
y los siglos posteriores.
Con la expansión de la cultura
occidental al resto del mundo durante el siglo XX, el
1 de enero se convirtió en una fecha de carácter universal, incluso en países
con sus propias celebraciones de Año Nuevo (por ejemplo, China).
En la actualidad, la celebración de
Año Nuevo es una de las principales celebraciones en el mundo. Grandes eventos
se realizan en las principales ciudades del mundo durante la Nochevieja
(víspera del Año Nuevo correspondiente al 31
de diciembre), siendo acompañadas con los más grandes eventos de pirotecnia.
Algunos de los eventos más grandes del mundo se centran en Sídney, Valparaíso,
Hong Kong,
Londres, Nueva York
y Río de Janeiro.
Mientras en Sídney se lanzan a medianoche
más de 80.000 fuegos de artificio ante más de un millón y medio de asistentes,
y es la fiesta más vista en televisión a nivel mundial el último año, en Valparaíso
reciben a más de dos millones de visitantes para presenciar la pirotecnia más
extensa en escenario natural a lo largo de 21 kilómetros de fuegos de artificio
sobre toda la bahía, desde el Puerto Comercial de Valparaíso hasta la ciudad de
Concón
durante 25 minutos. En Nueva York la celebración se concentra en torno a una
gran bola de cristal que desciende sobre una multitud en Times
Square, y es por cierto la fiesta con mayor número de asistentes en último
año: más de tres millones de personas. Además, gran parte de las discotecas
realizan fiestas para celebrar la llegada del nuevo año.
En la cultura de Hispanoamérica
existe una gran variedad de tradiciones y supersticiones para estas fechas,
como forma de augurios para el año entrante. El descorchar una botella de champán a
las 00:00 horas del 1 de enero aún se mantiene como todo un símbolo de
celebración del Año Nuevo.
En países como Ecuador lo mas común
para celebrar la llegada del Año Nuevo es la quema de un monigote (muñeco hecho
de trapos viejos relleno de paja que simboliza el año viejo o el año que está acabando)
a las 00:00 horas del 1 de enero.
La fiesta de Año Nuevo está
íntimamente relacionada con la celebración de Nochebuena,
Navidad y Hannukah.
Debido a la cercanía entre todas estas fiestas, en gran parte del mundo se
considera a la última semana del año como inicio del período de vacaciones,
ya sea de invierno
(en el Hemisferio Norte) o de verano (en el Hemisferio
Sur).
Según la tradición
judeo-cristiana, el 1 de enero coincide con la circuncisión
de Cristo (al
octavo día de su nacimiento), cuando recibe el nombre de Jesús (según el Evangelio de Lucas 2:21).
¡que el niño dios nos llene de bendiciones!
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