MÁS ALLÁ DE SU
CELEBRACIÓN COMERCIAL EN PARAGUAY DESDE 1973 y en el mundo, muchos años antes, hay
un claro origen católico, cuando fue canonizado Valentín de Roma, en el año 498
Después de Cristo, por parte del Papa Gelasio I cuando se cumplieron ya los 228
años del martirio por decapitación del santo casamentero, por parte del
emperador romano Claudio II, “El Gótico”.
San
Valentín era un sacerdote que,
hacia el siglo III, ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio
II, quien
decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su
opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos
ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto
era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para
jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de
los enamorados). El emperador Claudio II se enteró y como san Valentín gozaba
de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó al palacio. San Valentín
aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo. Aunque en
un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el gobernador de Roma,
llamado Calpurnio, lo persuadieron para quitárselo de la cabeza.
Enterado Claudio de que San Valentín
casaba a las parejas en secreto y que había desobedecido por completo su orden,
y ante la imposibilidad de convertirlo a la religión de los dioses romanos
mandó apresar al obispo de Interamma con orden de apalearlo, apedrearlo y,
finalmente, decapitarlo. Valentín murió el catorce de febrero del año 270. La
joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a
su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y
amistad duraderos.
El Santo llegó a España desde las
catacumbas de Roma, a través del Vaticano, en el siglo XVIII, aunque no fue
hasta hace doce años cuando el padre Martínez Villar, el cura párroco de la
iglesia de San Antón, Madrid, encontró sus restos en uno de los sótanos. Para
este cura, que nunca ha querido hacer publicidad de su descubrimiento, uno de
los mejores momentos del día es cuando se acerca al cepillo para rescatar los
papeles en los que se expresan las peticiones y los deseos de cientos de
personas que, a diario, acuden en busca del favor de San Valentín. También y,
especialmente, las cartas que envían los hijos de padres divorciados que
recurren al Santo para pedirle que sus padres vuelvan a estar juntos.
La festividad se borró del calendario
eclesiástico por la Iglesia católica en el año 1969 como parte de un intento
por eliminar santos de un origen posiblemente legendario, aunque sigue siendo
celebrada localmente por algunas parroquias. También es venerado como santo por
la Iglesia Ortodoxa y por la Iglesia anglicana.
En 2014, el Papa Francisco decidió
participar de la celebración de San Valentín, en un intento por devolverle el
sentido religioso a esta festividad surgida en principio para contrarrestar a
las paganas lupercales.
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